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Investigadores de la Universidad de Búfalo han conseguido hackear una impresora 3d con un smartphone. Esto pone de relieve el potencial de robo de propiedad intelectual desde un hardware que disponen prácticamente todos.
La impresión 3D tiene el potencial de cambiar el mundo y desbaratar todo el proceso de fabricación. Todos estamos de acuerdo de que general es un buen invento. Va a proporcionar herramientas y líneas de producción, la esencia misma de la producción en masa quedará obsoleta ya que es completamente redundante. Nos dará la fabricación bajo demanda, reducir los costos de transporte y abrir un mundo de posibilidades con la ciencia de los materiales.
Hay tantos factores positivos que a veces se olvidan los peligros inherentes a esta tecnología. Pero si sólo necesitamos el modelo 3D para producir una copia de productos de una empresa, a continuación, habrá un incentivo real para introducirse en el sistema.
Wenyao Xu, profesor asistente en la Universidad de Buffalo, del Departamento de Ciencias de la Computación e Ingeniería, ha invertido mucho tiempo en intentar introducirse en el ecosistema de la impresión en 3D. Ahora ha encontrado una manera de meterse en una impresora 3D sin dejar rastro con una simple smartphone.
Mentalidad Open Source
Al mismo tiempo cabe destacar que si hablamos de Opensource y Openhardware, estos miedos empiezan a disiparse. La palabra robo se convierte en la palabra difusión. Cuanto más gente acceda a mi diseño más rentable será, aunque quizás esto no siempre sea así. Finalmente sería interesante estudiar hasta que punto son rentable empresas que se basen en ese modelo. Ya tenemos varios datos, Arduino, Linux…, son un ejemplo. Quizás se debe producir un cambio en el ideario social para que este tipo de empresas empiecen a crecer y poder competir en igualdad de condiciones con las grandes empresas del sector.
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